España se enfrenta a una de las mayores emergencias habitacionales de su historia. La buena noticia es que el cambio ya está al alcance de la mano: se llama construcción industrializada
Levante EMV – 5 de junio de 2025.– España se enfrenta a una de las mayores emergencias habitacionales de su historia reciente. Un déficit de más de 600.000 viviendas, el encarecimiento del acceso a un hogar digno y la lentitud del modelo constructivo tradicional han convertido la vivienda en un problema estructural. Por ello, es necesario, y urgente, un cambio de paradigma.
La buena noticia es que ese cambio ya está al alcance de la mano: se llama construcción industrializada. Y la ingeniería industrial está preparada para liderarlo.
El modelo tradicional de construcción, basado en obra artesanal, presenta múltiples limitaciones: plazos largos, costes imprevisibles, gran dependencia de mano de obra escasa y procesos poco sostenibles. Frente a ello, la industrialización permite fabricar componentes en entornos controlados, con altos estándares de calidad, menores residuos y tiempos de ejecución que se reducen a la mitad.
Construir mejor, más rápido y más sostenible no es ciencia ficción. Es ya una realidad en países como Alemania o Suecia, donde la vivienda modular y la construcción off-site suponen una parte relevante de la producción. En España, sin embargo, seguimos limitados por un marco normativo obsoleto, que excluye injustamente a los ingenieros industriales de numerosos proyectos y frena la innovación en este sentido.
Los ingenieros industriales, gestionamos procesos automatizados, diseñamos sistemas modulares, integramos instalaciones desde la fase de diseño y aplicamos metodologías propias de la industria para garantizar eficiencia, seguridad y calidad. Y lo hacemos además con el soporte de herramientas digitales avanzadas como el Building Information Modeling (BIM), que impulsa una gestión integral, coordinada y colaborativa de los proyectos constructivos, desde su concepción hasta su mantenimiento.
El BIM, como proyecto transversal en el que trabajamos desde el Colegio, es un aliado natural de la construcción industrializada. Permite simular, planificar y optimizar cada fase del proceso constructivo, lo que resulta esencial cuando hablamos de prefabricación, ensamblaje preciso y control de costes. La implantación efectiva de BIM en los proyectos no solo mejora la eficiencia y reduce los errores, sino que garantiza una trazabilidad total en cada elemento fabricado.
Además, esta transformación es una oportunidad para generar empleo cualificado, dinamizar zonas despobladas, mejorar la eficiencia energética del parque de viviendas y avanzar hacia los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Con una reducción de hasta el 60 % en las emisiones de CO₂ en la fase de obra y un 30 % durante la vida útil de los edificios, la construcción industrializada es también una respuesta climática.
La Comunidad Valenciana, a la vanguardia
La Comunidad Valenciana tiene una oportunidad histórica para situarse a la vanguardia de esta transformación. El Perte de la Construcción Sostenible, impulsado por el Gobierno, reconoce nuestro territorio como un nodo clave gracias a su tejido industrial, capacidad innovadora y compromiso con la sostenibilidad. Pero para que esta oportunidad se materialice, es imprescindible una reforma urgente de la Ley de Ordenación de la Edificación (LOE) y de la Ley de Servicios Profesionales, que reconozca y habilite el papel esencial de la ingeniería industrial.
En esta tesitura, desde el Colegio Oficial de Ingenieros Industriales de la Comunidad Valenciana reclamamos valentía política y visión de futuro. Pedimos a las administraciones que potencien los proyectos industrializados, que faciliten suelo público para alquiler asequible y que colaboren con el sector para adaptar las normativas al siglo XXI.
La vivienda no puede seguir siendo un lujo inalcanzable. La ingeniería industrial tiene las herramientas, el conocimiento y la voluntad para contribuir a que sea un derecho efectivo. Solo necesitamos que nos dejen sumar.