Hay un fuerte interés empresarial en desarrollar tanto el lado del consumo como el lado de la generación y que la limitación está en el nexo de unión entre ambas, la red eléctrica
10 de septiembre de 2025.- El Periódico de la Energía.- No cabe duda de que hoy en día la energía eléctrica es uno de los factores productivos más importantes en la mayoría de las empresas actuales.
Este hecho es especialmente relevante no solo en algunas de las empresas electro intensivas tradicionales (sectores siderúrgico, metalúrgico, químico, papelero, cementero, etc.) sino en algunas de las empresas tecnológicamente punteras que vienen a revolucionar el paisaje empresarial español, entre las que podríamos citar los Centros de Datos o la generación de hidrógeno y en aquellas que complementarán al parque de generación renovable (como pueden ser los almacenamientos de baterías o nuevos bombeos que permitan usar la energía en las horas de mayor demanda).
Todos estos consumos reciben su energía conectándose en determinados puntos (denominados nudos) de las redes eléctricas de transporte y distribución, que son las que realizan la labor de interconectar la generación y dichas industrias.
El doble de potencia
En el registro que lleva el operador de la red de transporte (Red Eléctrica de España), a mitad del mes de agosto se contabilizaban casi 1200 nuevas solicitudes por un valor de 81 GW de potencia. Para poner en valor esta cifra, cabe destacar que el año pasado la punta de demanda en nuestro país fue de 40GW. Es decir, hay nuevas empresas interesadas en emplear el doble de la potencia que consumió toda España el año pasado.
Entre dichas solicitudes,el 39%son para los almacenamientos anteriormente comentados y el 29% peticiones de autoconsumo, que buscan sinergias con instalaciones de generación. Otro 28% es para solicitudes de nuevas posiciones de consumo y tan solo un poco más del 4% es para ampliación de instalaciones existentes.
Se puede alegar que muchas de esas nuevas peticiones pueden ser movimientos especulativos que pretenden acaparar capacidad de acceso para luego revenderla (como sucede con cualquier bien escaso), pero la obligación que tienen los solicitantes de depositar avales para garantizar la viabilidad del proyecto (y que pueden perder en caso de no llevar a término la conexión solicitada) juega en contra de esta tesis.
Es más probable que este fenómeno sea debido a que muchas empresas han visto que sus proyectos de desarrollo de los próximos años peligraban por el riesgo cierto de no tener acceso a la tan necesaria energía eléctrica y se han apresurado a formalizar su solicitud. En mi pueblo, a este fenómeno se le llama: “Tonto el último”.
Concursos para demanda
Frente a tal avalancha, el pasado mes de julio el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico convocó el primer concurso para acceso de demanda en ocho nudos de la red de transporte. Estos concursos son procedimientos mediante los que dicho organismo adjudicó la capacidad de consumo de electricidad existente en un nudo cuando las solicitudes de demanda en ese punto sobrepasan la disponibilidad de potencia en el mismo o hay otras limitaciones (a fecha de hoy, hay 71 nudos en dicha situación).
En este primer concurso el criterio de adjudicación preferente es la contribución a la descarbonización y con menos preponderancia la fecha de puesta en servicio y el volumen de inversión,lo que podría interpretarse como están primando unos proyectos sobre otros.
Esta limitación de la red eléctrica no es nueva ya que con el reciente desarrollo de parques fotovoltaicos y eólicos se ha dado la misma situación, pero en el extremo contrario, habiendo restricción a la inyección de generación en la red de transporte, donde más de 360 nudos han sido designados para adjudicar dicha capacidad mediante concurso.
Un único puente
Si recapitulamos sobre todo lo anterior, vemos que hay un fuerte interés empresarial en desarrollar tanto el lado del consumo como el lado de la generación y que la limitación está en el nexo de unión entre ambas, la red eléctrica, que obliga a cercenar proyectos a ambos lados de la misma.
Es como una situación en la que hubiera autovías a ambos márgenes de un rio y para cruzarlo solo dispusiéramos de un puente con un único carril de circulación.
Para que los dos extremos se desarrollen, realimentándose uno al otro y potenciando sus efectos económicos y sociales, se debe tener una red eléctrica con mayor capacidad (que permita la interconexión entre consumo y generación), mayor resiliencia (para evitar situaciones como la del apagón del pasado abril) y mayor flexibilidad (para poder aprovechar de forma eficiente los recursos óptimos de generación en cada momento).
Es decir, tenemos que disponer de un puente con la capacidad adecuada que no provoque atascos en este y aquel lado del río.
Dado el carácter fuertemente regulado de la red de transporte y distribución eléctrica, en las que el estado determina (entre muchos otros aspectos) el volumen máximo de inversión y su retribución, habría que preguntarse si las indicaciones para tener una red como la anteriormente indicada, son las adecuadas.
En nuestro país existe el potencial y las ganas para llevar adelante muchas iniciativas que estimulen su desarrollo, basadas en la energía eléctrica y que actualmente pueden verse frenadas por la falta de acceso a la misma.
Ahora solo falta decidir cuántos carriles queremos el puente entre ambas orillas.
Julio Balana es experto en mercados energéticos del Consejo General de Ingenieros Industriales.